Asi fué, parece increíble que lo "federal" del gobierno centralista se deje -deveras- sentir en todos lados; LA VORÁGINE (y no la selva aludida en la gran novela) se sintió en cada aspecto, se notaron las danzas y cortesanías del poder, los séquitos, bendiciones y complacencias no se hicieron esperar, el cerco de "vigilancia" se cerró y vino el grito, las campanadas y el himno, los que lo sentimos por ser fuereños (choferes de trailer, vendedor de sabritas, agente de ventas) saludando a la bandera lo cantamos bajito, los demás ni éso, ya no resuena, la bandera ya no significó, los doscientos años nadie sabía de qué, me dijeron varios "entrevistados" cosas como "desde los antiguos", "desde la guerra antigua, muy antes, casi desde cuando la Reina inglesa" "cuando pelearon sin ayuda"; algo también "como de la revolución, del cura Hidalgo, si, las iglesias mayas de los antiguos". Todo esto me intrigó en una dirección: ¿Que pasó en la guerra de castas? PORQUE EN LA ESCUELA ME DIJERON QUE FUÉ UN SIMPLE LEVANTAMIENTO INDIGENA; no una guerra de potencias extranjeras, con espías ingleses, con apoyo de la reina, EN LA QUE MÉXICO SE JUGABA OTRA GRAN EXTENSIÓN TERRITORIAL Y UNA EXCELENTE ZONA DE DOMINIO POLÍTICO MILITAR.... y con dudas y lagunas que hasta aquí en Bacalar desde donde escribo, pude despejar y armar el rompecabezas fué que partí con un nuevo sentido para lo que resta del viaje:
"no buscaré sólo ruinas mayas, voy a comprender sólo en lo posible la historia de la península a base de anécdotas y charlas con la gente, luego compararé con los textos para entender el fenómeno".
La ignorancia y la dificultad en el manejo del idioma y los tiempos, (te dicen antes, antiguos, etc. pero no fechas jamás) es una cuestión a veces desesperante y otras fascinante, siempre queda un dejo de misterio, siempre el informante no lo sabe del todo, pero otros, ésos sí saben a fondo, conocen nombres, etc. siempre sientes que : "sólo iniciados, y líderes indígenas -ultrasecretos- lo saben", los que te lo cuentan hablan en forma referida a un tercero -que sí sabía pues era viejo- y utilizan un dejo de "idioma" de tradición oral, colocan florituras, parábolas y héroes dentro del escenario histórico que tornan la charla en un momento de realismo mágico casi sacado de la mejor literatura, te quedas confuso, mal informado, pero maravillado de que a pesar de todo una conciencia colectiva subsiste en la mayoría de descendientes de los linajes indígenas.
Partí de Izamal con la ilusión de encontrar ruinas mayas, iglesias mayas de la guerra de castas, informantes sobre tradición oral, ver pueblos pequeñísimos y disfrutar de esta inmersión en una forma tan antagónica de entender el mundo. Solo me hice una propuesta: -"no comparar con mi esquema de valores sino observar y aceptar; y dejar de creer que la economía marca las diferencias-.
Cuando descubres que la economía de subsistencia personal -ni siquiera familiar- es la base, y que la unidad del grupo pende del mito, el misterio, y el silencio del que hablaba el poeta del monumento de Mérida, es que empiezas a tratar de sondear en la cultura Maya, no la muerta de piedra, sino la subsistente, la que camina, te muestra su conocimiento sobre la selva y discute de política, la que tiene la honra de "ser", el orgullo de saber y la esperanza de que lo antiguo salga de sus criptas humanas y se manifieste para redimirlos.
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